martes, 20 de mayo de 2014

Reflexiones sobre Metafísica


Miles de interrogantes se centran en la metafísica. Esta disciplina que forma parte de la Ontología trata por sobre todas las cosas el problema del ser [espiritual] de cada uno y las cosas que no conocemos de él. También incluye los principios ontolólogicos sobre las relaciones entre la esencia y la existencia.Se ocupa de los principios primeros y universales de las cosas, considerando el orden de éstas en sus razones más abstractas.
El ser en cuanto a tal, constituye su objetivo al igual que sus propiedades, principios y causas primeras.
La filosofía tiende a rescatar la experiencia presocrática, recuperar críticamente la unidad entre physis y logos, a superar la fisura entre sujeto y objeto.
El empeño en recuperar una experiencia perdida, ofuscada por la red de conceptos, una realidad previa a la disociación entre concepto y realidad. Los presocáticos fueron los únicos que la verdad era desvelamiento y presencia antes que relación lógica. Antes que las relaciones lógicas empezasen a enmarañarlo todo, el ser no es un concepto sino una presencia que mantiene todo su vigor ambivalente. Comprender una cosa es también no comprenderla. El ser es tanto luz como oscuridad, tanto esencia como enigma.Lo que sale a la luz ama ocultarse.
Lo que vivieron los primeros filósofos es una experiencia místico- filosófica.
El empuje procede del origen, pero el camino atraviesa el ámbito de lo conceptual hasta alcanzar más allá del concepto.
Sin conceptos no hay ciencia y sin ciencia no hay más allá de la ciencia. Los filósofos preconceptuales se pusieron en contacto con lo real del mejor modo que pudieron. No se trata de volver a ellos, se trata de no olvidar su legado. Una vez accedido a las seguridades del lenguaje conceptual, tendemos a instalarnos en él. Olvidamos voluntariamente que el concepto, la ciencia, el ego, las determinaciones y definiciones no son más que una fase provisional del ser. Subyace el temor hacia lo místico, un tanto transpersonal, atenta contra las falsas seguridades del ego y en un temor hacia lo infinito, ya que es sinónimo del caos.
El exeso de lucidez (de luz) no se soporta: la despersonalización y la locura amenazan siempre al aspirante místico. Este nuevo modo de vivir y pensar se ve representado por las cualidades del alma humana, para consigo mismo, la sociedad y el mundo que lo rodea pueden hacer del alma más dura, la más humilde y compasiva en la trascendencia espiritual

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