miércoles, 25 de febrero de 2015

20 señales de que lo estás haciendo mejor de lo que crees

1. Pagaste las cuentas este mes.
Y quizá tuviste algo extra para gastar en cosas que no necesitas. No importa cuánto insultaste los cheques mientras los hacías, el punto es que los hiciste, y lo resolviste a pesar de todo.

2. Te cuestionas a ti misma.
Dudas de tu vida. Hay días en que te sientes miserable. Eso significa que aún estás abierta a crecer. Significa que puedes ser objetiva y autoconsciente. Las mejores personas vuelven a casa al final del día y piensan: “o…tal vez hay otra manera.”

3. Tienes un trabajo.
No importa cuántas horas y a qué precio, estás ganando dinero que te da de comer, dormir en algo, algo de ropa que usar cada día. No es un fracaso si no parece ser lo que pensabas –estás valorando tu independencia y haciéndote responsable de ti misma.

4. Tienes tiempo de hacer algo que disfrutas.
Incluso si “eso que disfrutas” es sentarte en un sillón, pedir comida y ver Netflix.

5. No estás preocupada de dónde vendrá tu próxima comida.
Hay comida en el refrigerador o en la despensa, y tienes suficiente como para en realidad elegir lo que quieres comer.

6. Puedes comer porque lo disfrutas.
No es una cosa de mera sobrevivencia.

7. Tienes uno o dos amigos verdaderamente cercanos.
Las personas suelen preocuparse de la cantidad, pero eventualmente tienden a darse cuenta que el número de gente que puedes considerar dentro de tu tribu no tiene incidencia en cuanto poder sentir intimidad, aceptación, comunidad o alegría. Al final del día lo que realmente queremos es a unas pocas personas cercanas que nos conocen (y nos aman) no importa qué pase.

8. Podrías costearte tu pasaje en metro, un café, o la bencina para tu auto esta mañana.
Las pequeñas conveniencias (y a veces también, necesidades) no son variables para ti.

9. No eres la misma persona que hace un año.
Estás aprendiendo, evolucionando, y puedes identificar las formas en que has cambiado para bien o para mal.

10. Tienes el tiempo y los medios para hacer cosas más allá de lo mínimo.
Tal vez has ido a un concierto en los últimos años, compras libros para ti misma, podrías hacer un viaje por el día a una ciudad vecina si lo quisieras – no tienes que trabajar el día entero para sobrevivir.

11. Tienes una selección de ropa a tu disposición.
No estás preocupada por tener un gorro o guantes en una tormenta de nieve, tienes ropa fresca para el verano y también algo que usar en caso de un matrimonio. No sólo puedes resguardar y decorar tu cuerpo, sino que también puedes hacerlo apropiadamente para una variedad de circunstancias.

12. Puedes sentir lo que no está bien en tu vida.
El primer paso y el más crucial es estar consciente. Ser capaz de comunicarte contigo misma: “Algo no anda bien, a pesar de que aún no sé qué podría sentirse mejor.”

13. Si pudieras hablar contigo misma de más joven podrías decirle: “Lo hicimos, logramos salir, sobrevivimos eso terrible”.
Muy a menudo las personas acarrean sus traumas del pasado a su vida presente, y si quieres alguna prueba de que llevamos quienes fuimos en quienes somos, todo lo que tienes que hacer es ver cómo respondes a tu niño interior escuchando, vas a estar bien, de la persona en que se convirtieron.

14. Tienes un espacio propio.
No tiene por qué ser una casa o apartamento (aunque es genial si lo es). Lo único que necesitas es una pieza, una esquina, un escritorio, donde puedes crear o descansar a discreción; donde tú gobiernas quién llega a ser parte de tu pequeño mundo, y hasta qué capacidad. Es uno de los pocos controles que en realidad podemos ejercer.

15. Has perdido relaciones.
Más importante que el hecho de simplemente haberlas tenido en primer lugar, es que tú o tu ex pareja decidieron no conformarse. Te abriste a la posibilidad de algo más allí fuera.

16. Estás interesada en algo.
Ya sea ahora en cómo vivir una vida mejor, mantener mejores relaciones, leer o ver películas o tener sexo o la sociedad o el axis en que gira el mundo, algo te intriga y te lleva a explorarlo.

17. Sabes cómo cuidarte a ti misma.
Sabes cuantas horas de sueño necesitas para sentirte bien al día siguiente, a quién acudir cuando estás con el corazón roto, en qué lo pasas bien, qué hacer cuando no te sientes bien, etc.

18. Estás trabajando hacia una meta.
Incluso si estás exhausta y se siente muy lejos, tienes un sueño para ti misma, independiente lo vago y maleable.

19. Pero no estás inflexiblemente dispuesta a algo para tu futuro.
Algunas de las personas más felices y desenvueltas son aquellas que pueden hacer de cualquier situación un ideal, quienes están demasiado inmersas en el momento para planear intricadamente y decididamente comprometerse con cualquier resultado específico.

20. Has pasado por tiempos duros.
Puedes mirar los desafíos que actualmente enfrentas y compararlos a los que pensaste nunca superarías. Puedes asegurarte de ti misma por tu propia experiencia. La vida no se hizo más fácil, tú te hiciste más inteligente.

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