martes, 17 de febrero de 2015

7 tipos de pobreza que debes experimentar antes de apreciar la felicidad

La idea de que “ser pobre crea carácter” es algo que la mayoría de la gente dice para que no te sientas mal cuando divides tu burrito de $10 pesos para que cubra tus tres comidas del día.
Pero sin importar los muchos dolores emocionales que pueda aliviar, la realidad es que esta frase tiene algo de verdad. Cuando experimentas el otro lado de la moneda y eres testigo de cómo se siente vivir sin la bendición del Dios de los Billetes, aprendes a apreciarlo mucho más.
Siento lástima por quienes nunca han experimentado cómo se sienten las noches vacías y los días con hambre. Me aterra pensar en quienes nunca se han sentido vacíos y desesperados. No cambiaría ninguna de mis noches de frío y cansancio a cambio de irme por el camino fácil. No renunciaría a lo que ser pobre me ha enseñado, ni siquiera por todas las riquezas del mundo.
Si nunca has vivido esta experiencia, es posible que al menos hayas experimentado una pobreza emocional. A todos nos ha hecho falta la inspiración, el amor, la amistad o la compasión. Todos hemos sentido hambre en nuestra alma y un deseo de tener algo que no podemos comprar.
Todos hemos querido algo de la misma forma que algunos desean el dinero, y este sentimiento, esta hambre, es lo que hace que todo valga la pena.

Estos son los 7 tipos de pobreza que debes experimentar antes de apreciar la felicidad:

1. Faltos de dinero para la renta
Vive sin calefacción y aprenderás que puedes soportarlo, duerme sin aire acondicionado y experimenta cómo viven los demás. No hay nada más poderoso que saber que puedes vivir sin las tecnologías modernas y que puedes sobrevivir.
Hay pocas cosas que forman tu carácter mejor que la miseria. Hay pocos sueños tan emocionantes de lograr cómo vivir solo, incluso si es en una pocilga.
Intenta encontrar algo más motivador y humilde que vivir en un lugar con suelos inclinados, muebles rotos y olores extraños. Puede que vivas en la miseria pero eres libre. Es mejor ser libre y tener frío, que tener calefacción y ser esclavo del hombre.

2. Faltos de viajes
Si no tienes años para soñar con tus lugares favoritos ¿Cómo tendrán significados una vez que finalmente llegues a ellos? Si no puedes planear tu viaje perfecto ¿Qué sentido tiene ir?
La mejor parte de viajar es la anticipación que sientes. Los dueños más dulces son esos que parecen imposibles y que traen consigo sólo un poco de esperanza.
Los mejores viajes son aquellos que han sido planeados, soñados y deseados por años. Significan algo porque tienen valor y sentimientos. Reflejan nuestras ambiciones y deseos más profundos.
Un viaje solo significará algo cuando pueda cumplir algún tipo de deseo que vive en tu interior.

3. Faltos de amor
No confío en nadie que no haya pasado años, meses o incluso meses sin amor. ¿Cómo puedes saber que estás enamorado si nunca has vivido esta carencia? ¿Cómo puedes apreciar la tibieza de este sentimiento si nunca has sentido el frío del desamor? ¿Cómo puedes saber que es real y que es falso cuando nunca has sentido esa sensación de vacío y no tienes como comparar?
Todos debiesen experimentar lo que se siente vivir sin amor. Es una experiencia que te fortalece y te vuelve más humilde. Es el tipo de pobreza que te hace rico en muchos otros aspectos.
Cuando estas solo y completamente desprovisto de amor puedes aprender a encontrarlo en otras personas. Sólo cuando has experimentado cómo vivir solo, puedes convertir tu perdida en una ganancia para toda la vida.


4. Falto de amistades
No puedes apreciar la compañía, si alguna vez no estuviste falto de ella. Aquellas noches que estuviste solo cuando no querías estarlo, te harán ver que las acompañadas y conversadas no tienen precio. Porque mucho tiene de cierto ese dicho que dice que la felicidad es completa solo si es compartida.
No se supone que tengamos cientos de amigos. Se supone que debemos encontrar a aquellos pocos que nos ayudarán cuando no podamos movernos. Puede tomarnos años, a veces una vida entera, encontrarlos. No debieses ser rico en amistades en todo momento, pero si debieses tener siempre un buen juicio.


5. Falto de pasión
Vivir sin pasión es una de las etapas más hambrientas de la vida a la que te enfrentarás. Será el momento en el cual el dolor que sientas en tu estómago será más fuerte. Será el momento en el que pensarás que te vas a ahogar en el vacío de tu ser.
Te encuentras caminando como si fueras un fantasma, recorriendo y explorando, buscando algo que te llene y detenga este dolor profundo que sientes.
Si nunca has vivido esta experiencia, entonces nunca has estado lo suficientemente hambriento como para salir al mundo en busca de algo que te apasione. No todos nacemos con algo que nos apasione, de la misma manera que no todos nacemos completos. Tienes que salir al mundo y encontrarlo. Tienes que salir y alimentarte. Tienes que experimentar muchas cosas y ver muchos lugares a los que no irías normalmente sino tuvieses este hambre de inspiración.


6. Falto de éxitos
No puedes apreciar la vista desde la cima a menos que hayas estado en lo más bajo. Tener millones en tu cuenta del banco no es lo mismo si nunca has visto los números en tu cuenta con 6 ceros menos.
Para ser exitoso, debes comprender cómo es fracasar y no hay nada que te inyecte más humildad que tener este hambre de llegar al éxito. Hay una dignidad importante en trabajar duro hasta llegar a la cima.
Si todos hubiésemos comenzado teniendo dinero, no hubiésemos aprendido nada en nuestro camino hacia la cima.


7. Falto de inspiración
No nacemos inspirados: debemos alimentarnos a nosotros mismos. Toda esta idea de vivir tiene que ver con salir al mundo y buscar cosas que hagan de tu vida algo que valga la pena. No te pueden dar la inspiración en bandeja o ponértela a través de una vía intravenosa: debes buscarla y cazarla tú mismo.
Es esta persecución y la aventura que trae consigo lo que hace que la vida sea divertida. Todos los días tenemos la oportunidad de inspirarnos. Todos los días es otro día en el que podemos alimentarnos y crecer.

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