Uno de los objetivos más esenciales en la vida es triunfar en su existencia mejorando en todos los terrenos y haciendo el bien a su alrededor.
No obstante, para triunfar en nuestra vida, tenemos necesidad de ejemplos a seguir para saber lo que debemos hacer o lo que no debemos hacer.
Todos los humanos funcionan por mimetismo o imitación de los demás. Desde la infancia a la vejez, todo es mimetismo porque nadie vive aislado de los demás.
Sus primeros pasos, usted los da imitando inconscientemente a los que están a su alrededor.
La mejor prueba es que los niños criados por lobos caminan a menudo a cuatro patas y deben después aprender a caminar sobre sus dos piernas. Del mismo modo que deben aprender a comer con cuchillo y tenedor, etc.… Por tanto, todo es mimetismo en la vida.
Es lo mismo en el plano psicológico y de comportamiento. Aunque cada uno posee su propia personalidad, esta se construye a menudo por mimetismo y/u oposición a las personas que frecuenta cotidianamente, entre las cuales, evidentemente en la infancia, sus padres y/o sus abuelos.
Así, a veces sin darnos cuenta, hemos copiado las costumbres, las maneras, los comportamientos de nuestros familiares próximos o lejanos.
Ese mimetismo no es una cosa mala. Nosotros podemos y debemos reproducir un comportamiento si este puede permitirnos mejorar.
Para eso, cada uno de nosotros debe mirar hacia lo alto y no hacia lo bajo. Los comportamientos de las personas que triunfan son en sí mismas modelos porque son capaces de darnos consejos constructivos.
No obstante, para triunfar en nuestra vida, tenemos necesidad de ejemplos a seguir para saber lo que debemos hacer o lo que no debemos hacer.
Todos los humanos funcionan por mimetismo o imitación de los demás. Desde la infancia a la vejez, todo es mimetismo porque nadie vive aislado de los demás.
Sus primeros pasos, usted los da imitando inconscientemente a los que están a su alrededor.
La mejor prueba es que los niños criados por lobos caminan a menudo a cuatro patas y deben después aprender a caminar sobre sus dos piernas. Del mismo modo que deben aprender a comer con cuchillo y tenedor, etc.… Por tanto, todo es mimetismo en la vida.
Es lo mismo en el plano psicológico y de comportamiento. Aunque cada uno posee su propia personalidad, esta se construye a menudo por mimetismo y/u oposición a las personas que frecuenta cotidianamente, entre las cuales, evidentemente en la infancia, sus padres y/o sus abuelos.
Así, a veces sin darnos cuenta, hemos copiado las costumbres, las maneras, los comportamientos de nuestros familiares próximos o lejanos.
Ese mimetismo no es una cosa mala. Nosotros podemos y debemos reproducir un comportamiento si este puede permitirnos mejorar.
Para eso, cada uno de nosotros debe mirar hacia lo alto y no hacia lo bajo. Los comportamientos de las personas que triunfan son en sí mismas modelos porque son capaces de darnos consejos constructivos.
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