Si buscas bajar de peso debes crear hábitos alimentarios saludables y que sean perdurables en el tiempo, lo que nos permitirá cumplir nuestras metas nutricionales, Para ello siempre es necesario asesorarnos con nutricionistas, para no cometer errores que no nos ayudarán a cumplir nuestro objetivo.
Primero deberás restringir a lo más mínimo, incluso, hasta sacar definitivamente de tu dieta los siguientes alimentos:
Gasificados: Bebidas normales, dietéticas o agua gasificada. Tanto el azúcar como los químicos utilizados para gasificar, son perjudiciales para la salud. Uno porta calorías extras innecesarias y el otro interfiere en la correcta absorción de minerales. Por lo que su uso prolongado puede aumentar la probabilidad de padecer osteoporosis y anemia.
Alcohol: ¡Elimínalo!, éste solo nos aporta calorías vacías, es decir, no aporta ningún nutriente, no te alimenta pero sí te hará engordar.
Azúcar/Glucosa: golosinas, masas, pasteles, galletas, mermeladas, chocolates, incorporamos azúcar en otras formas, en muchos alimentos sin darnos cuenta: Jarabe de glucosa, jarabe de alta fructuosa, miel de caña, de maíz, dextrosa, fructuosa, sacarosa, maltosa, etc. Aumentando el aporte calórico en tu dieta.
Sal/Sodio: Caldos concentrados, sopas en sobre, poseen un elevado contenido de sodio, que te hará retener líquidos (impidiendo la baja de peso), y alterará tu ritmo cardiaco. Ten en cuenta que el sodio, no solo está en productos “salados”, incluso está en golosinas, por su poder de conservante, se le adiciona a la gran mayoría de los alimentos envasados para mantener su calidad.
Grasas Saturadas: Alimentos fritos, mayonesa, manteca, paté, queso amarillo: su uso prolongado aumenta el colesterol en sangre y la grasa abdominal, impidiendo bajar de peso, tapando venas y arterias, provocando infartos cardiacos y cerebrales.
Frutos secos con sal, miel o caramelo: Los frutos secos naturales, son beneficiosos, pero todo debe ir acorde a lo que debes comer diariamente. Su uso en exceso aumenta las calorías consumidas, por lo que tu cuerpo solo las depositará en forma de grasa abdominal.
Carbohidratos que no sean integrales: El arroz blanco, papas, pastas blancas, choclo, masas, aumentan las calorías diarias. Es necesario que utilices alimentos integrales y que todo sea porcionado según tus requerimientos nutricionales, determinados por un profesional nutricionista.
Jugos de fruta: Aunque sea un alimento natural, es mejor usar la fruta entera, y con cáscara idealmente. Ya que el aporte de fibra será mayor, nos mantendrá saciados y con glucemias normales. Esto no quiere decir que nunca debas consumir un jugo natural de fruta, sino que debes hacerlo en forma medida.
Helados: Aunque mucha gente cree que son alimentos sanos y perfectos para tomar, la mayoría de ellos llevan una gran cantidad de azúcar y grasas, que hace que se acumulen en el cuerpo.
Goma de mascar o chicles: Algunos que están a dieta mastican chicle para ‘engañar’ a su mente. Por desgracia, esto no suele funcionar. Primero, el cerebro no se engaña y solo forzamos a nuestro estómago a generar más jugos gástricos, para procesar alimentos inexistentes, entrando más aire al interior de nuestro organismo, provocando acidez estomacal, presión e hinchazón. Esto te hará sentir pesado, cansado, fatigado.
Primero deberás restringir a lo más mínimo, incluso, hasta sacar definitivamente de tu dieta los siguientes alimentos:
Gasificados: Bebidas normales, dietéticas o agua gasificada. Tanto el azúcar como los químicos utilizados para gasificar, son perjudiciales para la salud. Uno porta calorías extras innecesarias y el otro interfiere en la correcta absorción de minerales. Por lo que su uso prolongado puede aumentar la probabilidad de padecer osteoporosis y anemia.
Alcohol: ¡Elimínalo!, éste solo nos aporta calorías vacías, es decir, no aporta ningún nutriente, no te alimenta pero sí te hará engordar.
Azúcar/Glucosa: golosinas, masas, pasteles, galletas, mermeladas, chocolates, incorporamos azúcar en otras formas, en muchos alimentos sin darnos cuenta: Jarabe de glucosa, jarabe de alta fructuosa, miel de caña, de maíz, dextrosa, fructuosa, sacarosa, maltosa, etc. Aumentando el aporte calórico en tu dieta.
Sal/Sodio: Caldos concentrados, sopas en sobre, poseen un elevado contenido de sodio, que te hará retener líquidos (impidiendo la baja de peso), y alterará tu ritmo cardiaco. Ten en cuenta que el sodio, no solo está en productos “salados”, incluso está en golosinas, por su poder de conservante, se le adiciona a la gran mayoría de los alimentos envasados para mantener su calidad.
Grasas Saturadas: Alimentos fritos, mayonesa, manteca, paté, queso amarillo: su uso prolongado aumenta el colesterol en sangre y la grasa abdominal, impidiendo bajar de peso, tapando venas y arterias, provocando infartos cardiacos y cerebrales.
Frutos secos con sal, miel o caramelo: Los frutos secos naturales, son beneficiosos, pero todo debe ir acorde a lo que debes comer diariamente. Su uso en exceso aumenta las calorías consumidas, por lo que tu cuerpo solo las depositará en forma de grasa abdominal.
Carbohidratos que no sean integrales: El arroz blanco, papas, pastas blancas, choclo, masas, aumentan las calorías diarias. Es necesario que utilices alimentos integrales y que todo sea porcionado según tus requerimientos nutricionales, determinados por un profesional nutricionista.
Jugos de fruta: Aunque sea un alimento natural, es mejor usar la fruta entera, y con cáscara idealmente. Ya que el aporte de fibra será mayor, nos mantendrá saciados y con glucemias normales. Esto no quiere decir que nunca debas consumir un jugo natural de fruta, sino que debes hacerlo en forma medida.
Helados: Aunque mucha gente cree que son alimentos sanos y perfectos para tomar, la mayoría de ellos llevan una gran cantidad de azúcar y grasas, que hace que se acumulen en el cuerpo.
Goma de mascar o chicles: Algunos que están a dieta mastican chicle para ‘engañar’ a su mente. Por desgracia, esto no suele funcionar. Primero, el cerebro no se engaña y solo forzamos a nuestro estómago a generar más jugos gástricos, para procesar alimentos inexistentes, entrando más aire al interior de nuestro organismo, provocando acidez estomacal, presión e hinchazón. Esto te hará sentir pesado, cansado, fatigado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario