Cada día, tomamos cientos de decisiones sin apenas darnos cuenta. Y, aunque la mayoría de ellas son insignificantes, de tanto en cuanto nos enfrentamos a una encrucijada que podría cambiarnos la vida para siempre.
Hoy queremos hablaros de algo que ha desvelado una enfermera de cuidados paliativos. Durante los meses que pasa en compañía de enfermos terminales, esta enfermera los cuida, charla con ellos y se ocupa de que no sientan dolor.
Hace años que, durante sus charlas con los pacientes y con el fin de aprender de ellos, suele hacerles la misma pregunta: “Si pudieras corregir algún error de tu vida, ¿qué cambiarías?”
Aunque la vida de los pacientes es muy distinta, en sus respuestas es fácil identificar 5 errores comunes que cometieron la mayoría de ellos. Una lección de vida importante, que tal vez deberíamos apuntar si no queremos arrepentirnos de lo mismo tarde o temprano.
1. Haber tomado las grandes decisiones de su vida basándose en las opiniones de los demás y no en sus propios deseos
La mayoría se lamenta de haber renunciado a perseguir sus sueños por haber hecho caso de las opiniones ajenas. Muchos de ellos estudiaron carreras y aceptaron trabajos que les hicieron sentirse desgraciados durante buena parte de su vida.
Para otra parte importante de los pacientes, esas opiniones les hicieron transgredir sus principios morales en más de una ocasión, lo que tuvo un importante impacto en la opinión que tenían de sí mismos.
2. Lamentan haber trabajado demasiado
Muchos desearían haber trabajado menos y haber disfrutado de sus hijos más tiempo.
Si pudieran volver atrás, renunciarían a parte de su ambición profesional y del dinero a cambio de tiempo para buscar la felicidad.
3. No haber expresado sus sentimientos
Cuando somos niños nos enseñan a mantener las emociones bajo control, pero algunos llegan a ocultar sus sentimientos.
Muchos opinan que su error fue no haberse mostrado vulnerables o no haberse declarado a su gran amor, así como no haber pedido disculpas o ayuda.
No cometas el mismo error, si alguna vez quieres decir “te quiero”, “lo siento”, “me equivoqué”, “estoy mal” o “necesito ayuda”, no lo reprimas o te arrepentirás.
4. Haber perdido el contacto con sus amigos
Cuando la rutina y las responsabilidades te rodean, es fácil prescindir de los amigos, pensando que siempre estarán ahí.
Pero no es cierto, el tiempo y la indiferencia diluyen la amistad hasta convertirte en un auténtico desconocido.
Según la enfermera, esto es clave porque el abandono de las relaciones sociales nos lleva a la soledad, una triste condición que aqueja a muchos de nuestros mayores.
Recuerda, hay que dedicar tiempo a las personas que nos importan.
5. No haberse permitido ser feliz
Al final del camino, el sufrimiento no parece tan importante en comparación con los buenos momentos. Sin embargo, la mayoría de los pacientes se lamentan de no haberse atrevido a ser felices por miedo a sufrir.
Este temor nos impide experimentar una vida llena de alegría y esto es, sin duda, el peor error, pues sufrimos de antemano.
La próxima vez que te encuentres ante una situación que te de miedo, véncelo y lánzate a la aventura. Tal vez sea un desafío, pero renunciar a ello no vale la pena.
Hoy queremos hablaros de algo que ha desvelado una enfermera de cuidados paliativos. Durante los meses que pasa en compañía de enfermos terminales, esta enfermera los cuida, charla con ellos y se ocupa de que no sientan dolor.
Hace años que, durante sus charlas con los pacientes y con el fin de aprender de ellos, suele hacerles la misma pregunta: “Si pudieras corregir algún error de tu vida, ¿qué cambiarías?”
Aunque la vida de los pacientes es muy distinta, en sus respuestas es fácil identificar 5 errores comunes que cometieron la mayoría de ellos. Una lección de vida importante, que tal vez deberíamos apuntar si no queremos arrepentirnos de lo mismo tarde o temprano.
1. Haber tomado las grandes decisiones de su vida basándose en las opiniones de los demás y no en sus propios deseos
La mayoría se lamenta de haber renunciado a perseguir sus sueños por haber hecho caso de las opiniones ajenas. Muchos de ellos estudiaron carreras y aceptaron trabajos que les hicieron sentirse desgraciados durante buena parte de su vida.
Para otra parte importante de los pacientes, esas opiniones les hicieron transgredir sus principios morales en más de una ocasión, lo que tuvo un importante impacto en la opinión que tenían de sí mismos.
2. Lamentan haber trabajado demasiado
Muchos desearían haber trabajado menos y haber disfrutado de sus hijos más tiempo.
Si pudieran volver atrás, renunciarían a parte de su ambición profesional y del dinero a cambio de tiempo para buscar la felicidad.
3. No haber expresado sus sentimientos
Cuando somos niños nos enseñan a mantener las emociones bajo control, pero algunos llegan a ocultar sus sentimientos.
Muchos opinan que su error fue no haberse mostrado vulnerables o no haberse declarado a su gran amor, así como no haber pedido disculpas o ayuda.
No cometas el mismo error, si alguna vez quieres decir “te quiero”, “lo siento”, “me equivoqué”, “estoy mal” o “necesito ayuda”, no lo reprimas o te arrepentirás.
4. Haber perdido el contacto con sus amigos
Cuando la rutina y las responsabilidades te rodean, es fácil prescindir de los amigos, pensando que siempre estarán ahí.
Pero no es cierto, el tiempo y la indiferencia diluyen la amistad hasta convertirte en un auténtico desconocido.
Según la enfermera, esto es clave porque el abandono de las relaciones sociales nos lleva a la soledad, una triste condición que aqueja a muchos de nuestros mayores.
Recuerda, hay que dedicar tiempo a las personas que nos importan.
5. No haberse permitido ser feliz
Al final del camino, el sufrimiento no parece tan importante en comparación con los buenos momentos. Sin embargo, la mayoría de los pacientes se lamentan de no haberse atrevido a ser felices por miedo a sufrir.
Este temor nos impide experimentar una vida llena de alegría y esto es, sin duda, el peor error, pues sufrimos de antemano.
La próxima vez que te encuentres ante una situación que te de miedo, véncelo y lánzate a la aventura. Tal vez sea un desafío, pero renunciar a ello no vale la pena.
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